Antes de la funa/escrache a Moral Santín hubo muchos más. Los batasunos, por ejemplo, eran muy aficionados al escrachado de quintacolumnistas españolazos infiltrados en el tejido sano de las Vascongadas. Cuando lo de la guerra de Irak se escrachó a conciencia las sedes del PP. Las metieron fuego, las apedrearon... hasta en una ocasión echaron estiércol en la puerta de una de ellas. De escraches, en definitiva, siempre hemos ido bien servidos. La izquierda que tenemos es la que tenemos, un híbrido entre el SED germanoriental y el PSUV venezolano. ¿Y la derecha? Pues la derecha española es... la derecha española, un grupo más o menos desorganizado de nostálgicos del Estado corporativo, conservadores acomplejados, democristianos con el colmillo rebosante de sangre y algún liberal despistado que pasaba por allí.
¿Está bien esto del escrache? Evidentemente no. En los países civilizados, léase Suiza o Liechtenstein, no pasan estas cosas. Allí la izquierdaza languidece y sus militantes a lo más que aspiran en esta perra vida es a ponerse un gorrito boliviano para dar la murga en el parque con lo de Chiapas. Y eso si la ciudad es grande, es decir, si la ciudad es Zúrich. Si es pequeña ni gorrito boliviano, ni Chiapas, ni Cristo que lo fundó. En los países libres y ricos, léase Suiza o Liechtenstein, la gente va a lo suyo y no se mete en lo de los demás. Por eso, precisamente por eso, son países libres y ricos.
Entonces, ¿por qué es justicia poética que le hayan montado el numerito a la madre superiora del sorayamen gubernamental? Es justicia porque por donde las dan las toman. ¿O no se acuerda del show indigno que montó la interfecta durante una rueda de prensa hace no tanto tiempo? ¡Qué lagrimones de cocodrila, qué nariz taponada, qué suspiros, qué carita de borreguilla extraviada! "Esto nos puede pasar a cualquiera", decía la muy majadera. No, Soraya, a ti no te puede pasar porque eres abogada del Estado hasta el día en que te mueras. No te va a pasar porque los contribuyentes mantendremos tu despensa llena pase lo que pase. Asúmelo ya, eres un parásito y morirás parasitando. No muy diferente, por lo demás, a los que ahora te atacan con ese fervor tan propio de los socialistas fetén, no como vosotros, que sois socialistas de baratillo. Yo hubiera ido en persona a la puerta de su casa a decirle esto y unas cuantas cosas más, pero no soy de natural escrachador y, además, no me gusta perder el tiempo. Así que, bueno, que hayan hecho parte del trabajo los adacolaus me reivindica, aunque sea parcialmente.
Y es poética porque, después de reírse de media España, no está mal que se haya desplazado hasta su puerta un vociferante grupo de "desahuciados" a cantarle las cuarenta y decirle algo así como "ríete de tu puta madre, bonita". Ahora lo que no sé es si lagrimeará como en aquella comparecencia en Moncloa o se cagará en todo. Sospecho que lo primero porque los de la camada rajoyina son así: fuertes con el débil, con el autónomo, con el pequeño empresario, con el contribuyente de a pie; y débiles con el fuerte, con el activista de extrema izquierda, con el sindicalista, con el empresario del pesebre, con el banquero trincón. Tienen lo que se merecen, y espero que pronto lo que se merezcan sea la nada.
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