La Contracrónica, el podcast que comencé en los últimos días de enero, acaba de cumplir cuatro meses. Mi idea era hacer uno a la semana de unos diez minutos pero pronto me di cuenta que para contar todas las cosas que quería contar necesitaba más tiempo y más frecuencias, de manera que poco después pasó a ser diario, y cuando digo diario es diario: fines de semana y festivos incluidos. En estos cuatro meses he grabado un total de 111 programas y apenas he faltado a mi cita diaria con los oyentes unos pocos días sueltos, la mayor parte de ellos porque me era imposible físicamente estar ya que me encontraba de viaje. La inspiración existe si, pero te tiene que encontrar trabajando.
El balance de estos cuatro primeros meses no puede ser mejor. He dado forma final al espacio, que consta de un tema principal al que le sumo un par de secciones cuando hay material para llenarlas. Una está dedicada a los oyentes y la otra, muy celebrada por la audiencia, se llama "La Podenotisia" y consiste en un comentario, generalmente breve y desenfadado, sobre alguno de las muchos ridículos que las "gentes del cambio" andan haciendo por el país. La Contracrónica es un programa de actualidad y lo seguirá siendo, un podcast periodístico, de ahí que todos y cada uno de los temas que trato tienen gancho de actualidad.
Los que estáis desde los primeros días habréis notado que, en este tiempo, la música ha ido perdiendo importancia, y no tanto por gusto como por hacer más rápida su escucha. Al final no se puede tener todo en esta vida y si me recreaba mucho con los temas el programa se me iba a una hora. Ante la duda preferí dar prioridad al contenido hablado. Algunos oyentes me lo habían pedido, otros, en cambio, querían que diese más cancha a la música. De verdad que lo siento, pero es imposible contentar a todos, a los musiqueros trataré de compensarles de algún modo, no sé, quizá haciendo una serie de podcasts musicales durante el verano. Como ya os he dicho en más de una ocasión la vida sin música tal vez podría vivirse, pero sería una puta mierda.
Conforme han ido avanzando los meses le he cogido afición a esto de autoproducirse y deberse a uno mismo y a sus oyentes. En cierto modo, para un periodista incómodo como yo, que hace esto por pura vocación y no se casa con nadie, algo como La Contracrónica es lo más parecido al paraíso. He ido aprendiendo sobre la marcha a editar audio para que el resultado final fuese lo más profesional posible. Los que más han padecido esta obsesión por que La Contracrónica sonase en condiciones han sido los técnicos de Radio 4G, mi segunda casa, a quienes he frito durante todo este tiempo con mil preguntas. Gracias a sus sabios consejos he ido adquiriendo poco a poco el material necesario. Todavía me faltan algunos elementos que añadiré a lo largo de los próximos meses porque es mi deber advertiros que La Contracrónica va para largo.
Digo que va para largo porque al otro lado hay gente y yo, para que engañaros, esto lo hago para que me escuchen. Punto. La Contracrónica se escucha bastante más de lo había pensado. En el mejor de los escenarios que me puse al principio calculé unas 5.000 descargas al mes, es decir, unos 150 oyentes diarios. Teniendo en cuenta que esto lo hago en mi casa en ratos libres ya me parecía mucho. Pues bien, el mes pasado el programa tuvo más de 65.000 descargas y casi 2.500 oyentes diarios. Arriba tenéis la evolución de oyentes en estos cuatro meses. En iVoox está clasificado en el puesto 14 dentro de la categoría de "Política, economía y opinión", en primera división junto a los grandes, dos puestos por debajo de "El Podcast de César Vidal" y dos por encima de "Hoy por Hoy" de la Cadena SER.
Hace unos días recopilé todas las Contracrónicas en una web (cutre, por supuesto, para no defraudar las bajas expectativas interneteras habituales en mi) por si queréis buscar alguna en concreto por fecha o por etiquetas. Es cutre pero honrada y sencilla de utilizar. Aquí la tenéis.
Respecto al futuro pues poco puedo deciros más de lo que ya os he dicho. La Contracrónica seguirá "en antena" y estoy mirando de ampliar la producción con otros espacios dedicados a otras temáticas en las que me manejo bien como la historia. Pero todo en su momento, dependerá del tiempo del que disponga y, sobre todo, de ese chispazo inexplicable que nace de dentro y, en última instancia, es el que a todos nos empuja a hacer las cosas.
Entretanto, gracias, muchas, tantas como 65.000. Prometo que si seguís a la escucha yo seguiré al habla.
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