La Unión Europea se erige sobre una fantasía: que los hombres y las mujeres pueden trabajar cada vez menos, tener vacaciones cada vez más largas y jubilarse a una edad más temprana al tiempo que ven crecer sus ingresos, en términos reales, y su nivel de vida. (...) La UE es un concepto francés, y en gran medida sigue siendo gestionada con ideas francesas. Y Francia es el país arquetípico de la Unión.
Si usted tiene un trabajo fijo en el Hexágono, su vida es, en teoría, idílica: trabaja 35 horas a la semana; por lo general, tiene cuatro semanas de vacaciones en agosto y otras tres a lo largo del año, además de 11 festividades nacionales; y recibe una completa atención médica incluso durante la jubilación. (...) La jornada semanal de 35 horas es espléndida... si uno tiene un empleo; pero ¿qué pasa con los millones de personas, y cada vez son más, que están fuera del mercado laboral y cuyos subsidios se ven amenazados ahora por recortes o por adelantos en el plazo de vencimiento?
Paul Johnson, el maestro
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