Podemos da el campanazo exigiendo a Pedro Sánchez algo que no puede cumplir: el referéndum de independencia de Cataluña. Esto significa ir directo a la repetición de elecciones, que tendrían lugar en algún momento del mes de junio. Pero, con las encuestas de intención de voto en la mano, Sánchez no se las puede permitir, lo que le pone en brazos del PP. O la espada podemita o la pared pepera. El PSOE tendrá que elegir, porque me temo que esto ya se le escapa de las manos a Pedro Sánchez y a todo su equipo que, por lo demás, está compuesto de medianías, cuando no directamente de material de escombro.
Vistas así las cosas solo le quedan dos opciones al cadete Sánchez. La primera es ir de cabeza al matadero, eso siempre y cuando le dejen presentarse en su partido y no le hagan una autocrítica en el congreso de mayo. En cualquiera de los dos casos para él sería el final. La segunda es avenirse a acordar un pacto exprés con Ciudadanos y el PP. A cambio podría pedir el sacrificio de Rajoy. A fin de cuentas el PP también saldría vapuleado de unas nuevas elecciones, el último mes no ha pasado en balde. Si el PP fuese un valor bursátil hoy cotizaría en mínimos tras los escándalos en Valencia y Madrid. En este escenario ambos salvarían la ropa y luego ya, desde el Gobierno, podrían ponerse con tranquilidad a lamerse las heridas.
Por de pronto no sabemos lo que va a pasar. Y quien diga lo contrario, miente. El país se la juega, creo que no sabemos hasta qué extremo.
PD.- En el podcast de hoy hablo del tema con la información de la que disponemos en este momento. Mañana lo mismo sabemos algo más.
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