sábado, 8 de octubre de 2011
¿Se puede abuchear a los políticos?
Sí, protestar pacíficamente en la calle y, naturalmente, abuchear a los que gobiernan es un derecho amparado por la Constitución. Decirle a un político a la cara lo que se piensa de él y de la manera que hace su trabajo es libertad de expresión en estado puro. Ningún Gobierno que se diga democrático puede coartarla mediante leyes, normativas u ordenanzas.
Sí, sólo las tiranías prohíben abuchear a los gobernantes. Cuando el poder se ejerce de un modo omnímodo, lo primero que hace el tirano es cortar de cuajo la libre expresión popular en calles y plazas. En las dictaduras de la Europa del este, en el franquismo o en la actual Cuba abuchear a un político es sinónimo de ser arrestado y cumplir penas de prisión. Y todo, simplemente por hablar.
Sí, ni los gobernantes ni ningún político deben estar blindados ante la opinión pública. A falta de otra vías que no están al alcance del ciudadano medio, el abucheo canaliza el descontento popular y es un indicador del nivel de hartazgo e insatisfacción que soporta la ciudadanía. Un indicador que debería ser muy útil para el político víctima del abucheo.
Sí, en la dramática situación que atraviesa España, con cinco millones de personas desempleadas que asisten impotentes al despilfarro y la desvergüenza de la casta gobernante cuando no, directamente, al saqueo de las arcas públicas, lo extraño es que no haya más abucheos. Un pueblo que increpa al político sin miedo a las consecuencias es un pueblo libre.
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