En principio y ateniéndose a los datos una capital no quita, pone. Aunque hay excepciones, claro. Berlín, por ejemplo. Si Berlín saliese de Alemania el PIB per cápita crecería un 0,2%. Sin embargo, Berlín nos gusta a todos, especialmente a los alemanes, haciendo bueno aquello que decía su alcalde, el socialdemócrata Klaus Wowereit, que era una ciudad "pobre pero sexy". En el resto de Europa las capitales hacen más rico al país. En algunos casos como Atenas y París, de una manera apreciable. De Atenas me lo esperaba. Casi la mitad de los griegos viven en el área metropolitana de Atenas y el grueso de su economía se concentra ahí. Ídem con Copenhague o Helsinki. No es el caso de Francia. Solo 12 de sus 66 millones de habitantes viven en Île-de-France, el 18%. Francia es muy centralista, cierto, pero eso no obsta para que París sea muy dinámica y productiva.
¿Y respecto a España? Si sacásemos a Madrid de España el PIB se contraería aproximadamente un 18%, pero también perdería un 13% de su población. El resultado es que el PIB per cápita bajaría un 6%. Algo más que si a los Países Bajos le quitásemos Ámsterdam y algo menos que si Austria prescindiese de Viena.
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