Anda todo el mundo inquieto con la bajada del precio del barril de petróleo. Unos con entusiasmo y otros con preocupación. Los españoles, que importamos prácticamente todo el petróleo que consumimos, estamos entre los primeros. A petróleo más barato, gasolina más barata, calefacción más barata y productos más baratos… sí, los bienes que adquirimos no aparecen por arte de magia en el supermercado, también hay que transportarlos desde su punto de origen que, muchas veces, está a miles de kilómetros de distancia.
Llevamos tantos años con el barril por las nubes que ya nos habíamos acostumbrado a pagar un dineral por llenar el depósito o a padecer los famosos suplementos por combustible que cargan las aerolíneas y las agencias de viaje cuando les viene en gana. También nos habíamos acostumbrado a cruzar los dedos en cuanto se liaba en algún país productor de crudo –ya sabe... Irak, Libia, Nigeria y demás–, porque eso nos decían que iba a repercutir negativamente en la cotización internacional del barril.
De modo que, después de 15 años de alza más o menos ininterrumpida, el petróleo baja, y parece que seguirá haciéndolo durante el tiempo suficiente como para que lo percibamos en el bolsillo. Quizá haya llegado el momento de responderse algunas preguntas que todos –o casi– nos hemos hecho sobre el petróleo durante los dos últimos meses y que nadie ha acertado a respondérnoslas de una manera clara y sencilla. FDV sale en su ayuda y le da cumplida respuesta. No se despiste, aquí tiene las claves.
1. ¿De dónde viene el petróleo que consumimos?
España no tiene petróleo en su subsuelo… bueno, tiene, pero muy poco, poquísimo, algo puramente testimonial, unos 8.000 barriles diarios extraídos en su práctica totalidad de un yacimiento que se encuentra frente al delta del Ebro, en la provincia de Tarragona. 8.000 barriles diarios pueden parecernos mucho, pero son una miseria si los comparamos con lo que nuestro país consume cada día que, barril arriba barril abajo, viene a ser de aproximadamente 1,4 millones de barriles. Eso es lo que nos bebemos cada día del año.
De encontrar petróleo en las Canarias la producción nacional sería sustancialmente mayor, pasaríamos de los 8.000 del delta del Ebro a unos 140.000 barriles, un 10% del consumo total. Si lo de Canarias funciona tendríamos que seguir importando, aunque una cantidad menor, por lo que ese dinero podríamos emplearlo en otras cosas. El resto del petróleo que termina en las refinerías viene y seguirá viniendo de fuera. En lo que va de año Rusia, Nigeria y México son los principales suministradores, la mitad de lo que consumimos viene de allí. Luego hay proveedores secundarios como Argelia, Libia o Arabia Saudita. Como ve, el precio no depende de que el proveedor esté más lejano o más cercano o del tipo de crudo que se compre, sino de lo que diga el mercado, en nuestro caso de lo que marque el célebre barril Brent, que es el de referencia en esta zona del globo.
2. ¿Cuánto petróleo queda?
Aunque llevan algo así como 40 años diciéndonos que el petróleo se va a acabar en breve lo cierto es que hay más petróleo que nunca. Esto es así porque los agoreros hacen sus cálculos con las reservas conocidas, es decir, no suelen contar con el hecho de que continuamente se descubran nuevas reservas de crudo. Y, claro, con este método de cálculo se equivocan siempre. Según la petrolera BP a finales de 2013 había 1.6 miles de millones de barriles en todo el mundo o, lo que es lo mismo, 53 años de producción al ritmo actual. Para que se haga una idea de cómo funciona esto, entre 2012 y 2013 se descubrieron 20.000 millones barriles nuevos en el subsuelo del planeta. Se lo digo para que no vuelva a fiarse de los desgarramantas habituales.
3. ¿Por qué el petróleo está bajando de precio?
Por una cuestión de pura oferta y demanda. Así de sencillo. Hay más petróleo en el mercado del que los consumidores desean, lo que ha empujado los precios a la baja. La sobreoferta de crudo se debe a dos motivos. El primero es que Estados Unidos lleva varios años extrayendo crudo en su propio país. Lo saca de las llamadas arenas bituminosas y de yacimientos no convencionales mediante una técnica conocida como fracturación hidráulica (el famoso fracking). Es una modalidad de extracción más cara, pero con un barril a más de cien dólares durante tanto tiempo cualquier inversión en este negocio era posible. Si todo sigue como hasta ahora, dentro de unos pocos años EEUU será autosuficiente, es decir, que no necesitará importar ni una gota de petróleo del resto del mundo. Todo lo que se extraía fuera con intención de vendérselo a los norteamericanos ahora carece de comprador y tiene que buscarlo bajando el precio. La segunda razón por la que hay más petróleo en el mercado del que se demanda es el paulatino enfriamiento de la economía china. Los chinos ya no consumen tanto como hace cinco o seis años. Las grandes infraestructuras, los grandes rascacielos, las nuevas ciudades, las zonas industriales ya las han construido, y es en esa fase cuando más energía se precisa. A partir de ahora China seguirá consumiendo, pero en la misma medida que en los últimos quince años.
4. ¿Y la OPEP no hace nada al respecto?
Solo una parte de los países productores de petróleo está en la OPEP. Rusia, por ejemplo, no está, y México tampoco. La OPEP, que reúne a los principales productores, poco más puede hacer que restringir la oferta, pero para hacerlo tienen que ponerse antes de acuerdo sus doce miembros, cosa que no han hecho y que, dicho sea de paso, raramente hacen. La disputa dentro de la OPEP ha sido muy agria. Los Gobiernos de algunos países miembros como Venezuela necesitan efectivo urgente por lo que pedían un recorte drástico en la producción, otros como Arabia Saudita pueden esperar o explotan pozos muy baratos. La estrategia de los saudíes es dejar que el precio vaya cayendo hasta que llegue el momento en que los yacimientos norteamericanos dejen de ser rentables y tengan que cerrar. Tras muchos dimes y diretes la OPEP concluyó en la reunión que tuvieron el mes pasado que lo mejor era fiarse de los árabes, que de esto saben un rato.
5. ¿En qué nos afecta a nosotros?
Como decía al principio, en todo o en casi todo. El mes pasado el ministro de Economía, Luis de Guindos, estimaba que, de seguir así la cosa, el país se ahorraría unos 8.000 millones de euros, es decir, casi lo mismo que costó el primero de los Planes E que en mala hora aprobó Zapatero allá por 2009. Teniendo en cuenta que los Presupuestos Generales del Estado se hicieron calculando que el crudo iba a cotizar a unos 104 dólares por barril imagínese el impulso que puede suponer que al final la cotización media ronde los 70 ú 80 dólares. Claro, que así, en términos macroeconómicos quizá no perciba en toda su magnitud las ventajas del petróleo barato. Los primeros en notarlo serán los automovilistas, de hecho ya lo están notando. En los últimos meses el precio de la gasolina ha bajado un 17% y el del gasóleo un 13%. Muy por debajo del 33% que ha bajado el petróleo, pero todo a su tiempo, más pronto que tarde los unos y el otro tenderán a confluir. De cualquier modo, el principal responsable de que los combustibles sean tan caros no es el precio del Brent en el mercado mundial, sino el ministro de Hacienda. Cristóbal Montoro se llama. Explíqueselo a él.
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