A principios de los años noventa un Fidel Castro aun a pleno rendimiento criminal envió a Estados Unidos a un grupo de agentes de inteligencia para que se infiltrasen en varias organizaciones de exiliados y saboteasen sus operaciones. Entre ellas se encontraba “Hermanos al rescate”, una asociación con unas avionetas que patrullaba el canal de la Florida en busca de balseros. Eran otros tiempos. Castro, privado del subsidio soviético y temeroso de correr la misma suerte que el infame Erich Honecker, endureció su política hasta un extremo desconocido incluso en la isla. A aquellos años de hambre y espanto el régimen los bautizó como “periodo especial”. El Gobierno quería frenar estos vuelos que, además de proporcionarle una pésima imagen internacional, en ocasiones penetraban en el espacio aéreo cubano y arrojaban propaganda anticastrista.
viernes, 19 de diciembre de 2014
jueves, 18 de diciembre de 2014
Somos Radio 4G
Somos la radio como nunca debió dejar de ser. La única pena que tengo es que voy a tener que abandonar a todos estos buenos compañeros y mejores amigos para emprender el vuelo a latitudes más cálidas. Durante este año en esta pequeña (pero a la vez grandísima) emisora de Madrid he sido muy feliz.
domingo, 14 de diciembre de 2014
Rajoy o la persistencia del burócrata
De “todo el poder para los Soviets” que clamaba Lenin hace un siglo hemos pasado al más prosaico “todo el poder para los burócratas” de nuestros rajoyanos días. Hace tres años, cuando el barbas y la metro y medio se presentaban en los mítines, hablaban de regeneración y de devolver a España a la primera división. Decían de bajar los impuestos, quitar trabas a los empresarios, liberar a la justicia del yugo al que los políticos la tienen sometida y promover las reformas necesarias e inaplazables que nuestro país necesita para salir del marasmo actual. Hubo quienes lo creyeron, votaron en consecuencia y gracias ello Rajoy tiene más poder en sus manitas de opositor que cualquier otro gobernante desde que Felipe González perdiese la mayoría absoluta allá por los años ochenta. El estado de excitación del votante pepero era digno de encomio. Como habían idolatrado a Aznar –sin que éste mereciese ni de lejos tan súbito ascenso a los altares– pensaban que el rajoyato iba a ser una segunda edición corregida y aumentada de aquellos años de vino y rosas, de recaudaciones históricas y despilfarro en los que todo trinque fue posible.
sábado, 13 de diciembre de 2014
Tasa Google
Dejadme que os explique la tasa Google en una imagen. Muy sencillita, al alcance incluso de un retrasado mental.
lunes, 8 de diciembre de 2014
Cinco preguntas sobre el petróleo
Anda todo el mundo inquieto con la bajada del precio del barril de petróleo. Unos con entusiasmo y otros con preocupación. Los españoles, que importamos prácticamente todo el petróleo que consumimos, estamos entre los primeros. A petróleo más barato, gasolina más barata, calefacción más barata y productos más baratos… sí, los bienes que adquirimos no aparecen por arte de magia en el supermercado, también hay que transportarlos desde su punto de origen que, muchas veces, está a miles de kilómetros de distancia.
Llevamos tantos años con el barril por las nubes que ya nos habíamos acostumbrado a pagar un dineral por llenar el depósito o a padecer los famosos suplementos por combustible que cargan las aerolíneas y las agencias de viaje cuando les viene en gana. También nos habíamos acostumbrado a cruzar los dedos en cuanto se liaba en algún país productor de crudo –ya sabe... Irak, Libia, Nigeria y demás–, porque eso nos decían que iba a repercutir negativamente en la cotización internacional del barril.
Llevamos tantos años con el barril por las nubes que ya nos habíamos acostumbrado a pagar un dineral por llenar el depósito o a padecer los famosos suplementos por combustible que cargan las aerolíneas y las agencias de viaje cuando les viene en gana. También nos habíamos acostumbrado a cruzar los dedos en cuanto se liaba en algún país productor de crudo –ya sabe... Irak, Libia, Nigeria y demás–, porque eso nos decían que iba a repercutir negativamente en la cotización internacional del barril.
Etiquetas:
Ecologismo,
Economía,
Energía,
Neupic
sábado, 6 de diciembre de 2014
Un retrato demasiado real
En España los retratos reales tienen algo de premonitorio. La familia de Felipe V de van Loo, por ejemplo, deslumbra a todo el que se pone delante. Está en El Prado, por si quieren acercarse a verla. La dinastía borbónica recién estrenada muestra sus poderes, sus numerosos vástagos y hasta el perrillo con el jugaban las infantas entre falsas columnatas corintias, paños de raso y músicos tocando el oboe desde un balconcillo que el pintor supo colocar en la parte superior del cuadro como quien no quiere la cosa. El futuro sonreía a la rama española de los Borbones. El reinado de Felipe V fue el más largo de la historia de España, casi medio siglo en el que la dinastía se consolidó y terminó fundiéndose con el paisaje, especialmente con el de los montes cercanos a Madrid y el de los lupanares de la Villa, porque a los Borbones siempre se les dio bastante mejor cazar y golfear que las cosas del Gobierno.
Un siglo más tarde Goya retrató a la familia de Carlos IV, felizmente reinante en la bisagra entre los siglos XVIII y XIX. El de Carlos IV y señora –que es quien ocupa el centro de la escena– es un retrato de interiores, ligeramente angustioso, más heredero de las Meninas que de las fastuosidades gabachas que van Loo se había traído de París. Carlos fue quizá el rey más bobo de toda la dinastía. Obsesionado con su colección de relojes y con pasarse el día metido en las cuadras de palacio, descuidó el Gobierno, que cayó en manos del amante de la reina, un garañón badajozano llamado Manuel Godoy. El pincel del aragonés es implacable con todos y cada uno de ellos salvo el pequeño infante Francisco de Paula, una ricura de niño que, años más tarde, desencadenaría el levantamiento de los madrileños contra la invasión francesa, cuando las tropas napoleónicas lo sacaron de Palacio para dejar sitio al hermano del emperador.
Un siglo más tarde Goya retrató a la familia de Carlos IV, felizmente reinante en la bisagra entre los siglos XVIII y XIX. El de Carlos IV y señora –que es quien ocupa el centro de la escena– es un retrato de interiores, ligeramente angustioso, más heredero de las Meninas que de las fastuosidades gabachas que van Loo se había traído de París. Carlos fue quizá el rey más bobo de toda la dinastía. Obsesionado con su colección de relojes y con pasarse el día metido en las cuadras de palacio, descuidó el Gobierno, que cayó en manos del amante de la reina, un garañón badajozano llamado Manuel Godoy. El pincel del aragonés es implacable con todos y cada uno de ellos salvo el pequeño infante Francisco de Paula, una ricura de niño que, años más tarde, desencadenaría el levantamiento de los madrileños contra la invasión francesa, cuando las tropas napoleónicas lo sacaron de Palacio para dejar sitio al hermano del emperador.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)