Decían que E-On era mala por ser alemana, y ahora nos vienen con que Enel es buena a pesar de que es italiana. Debe ser que los italianos les parecen como más de la casa, ya se sabe, aquello de la latinidad. Lo peor es que sí que son de la casa. En Alemania manda Merkel, que es del CDU, prima segunda de los biznietos de los que mataron a Lorca. En Italia, en cambio, hace como que manda -pero sin demasiada convicción- Romano Prodi, que, como todo el mundo sabe, es primo carnal del biznieto de Lorca. Y no sólo eso, es también el dueño de Enel, chiringuito público donde el Gobierno italiano mangonea a placer cuando quiere y como quiere. La cosa está clara, ¿o no?
No se donde se habrán dejado aquella bobada de la soberanía energética y majaderías similares a las que los socialistas son tan dados cuando las cosas no salen como ellos pensaban.
Si lo de Enel prospera veremos como una empresa privada, cuyos dueños son sus accionistas, pasa a manos de la casta política más desvergonzada y corrupta del continente, más incluso que la nuestra, que ya es decir. Más de uno debe estar frotándose las manos porque donde comen dos comen tres, y hasta cuatro. Lo que nunca harán es darse por vencidos cuando el festín merece la pena. Son políticos, y socialistas, que más se puede pedir.
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