O por qué Alemania no es el Estados Unidos de Europa ni podrá serlo nunca. La preponderancia de la economía estadounidense sobre el resto de economías americanas (incluidas Canadá y Brasil) es apabullante. No sucede lo mismo con la economía alemana, que, al menos en tamaño es menos de la mitad de la suma de las cuatro siguientes. Sin liderazgo económico indiscutible no hay liderazgo político. Así sucedió con todos los imperios del pasado y sigue sucediendo con los del presente.
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