A quienes, naturalmente, tengo en alta estima. Es una frase de José Martí que se la oí el otro día a mi tocayo Sánchez Dragó en la entrevista que le hizo a Losantos y que me ha gustado mucho porque es bonita y cierta.
Dicen que triste cosa es no tener amigos, pero más triste es no tener enemigos. Porque quien enemigos no tenga, es señal de que no tiene, ni talento que haga sombra, ni bienes que se le codicien, ni carácter que impresione, ni valor temido, ni honra de la que se murmure, ni ninguna cosa buena que se le envidie.
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