La primera vez que me acerqué a Jean François Revel fue a través de su quizá más celebrado ensayo El Conocimiento Inútil, publicado a principios de los 90 y que tuvo cierta difusión en el ámbito hispano. Revel me sorprendió, me fascinó, sobre el papel estaba la esencia condensada y expuesta con lucidez de esas ideas vagas que por entonces circulaban por mi cabeza de adolescente. Tanto me gustó que me apropié e hice mía la frase del primer capítulo que abre el libro y que cada día cobra más y más vigencia. "La primera de las fuerzas que dirigen el mundo es la mentira".