Uno de los enigmas más impenetrables del mundo contemporáneo es el insignificante o nulo papel que, a pesar de su importancia, España ha jugado y juega en los asuntos internacionales. Por lo general a los españoles esta peculiaridad nacional ni nos va ni nos viene, y vivimos tan plácidamente en nuestro soleado rincón de Europa dedicándonos a lo nuestro, que es lo que llevamos haciendo con mejor o peor fortuna los últimos dos siglos.